jueves, 29 de agosto de 2013

Nostalgia.

A veces, durante algunos minutos, tan pocos que se pueden contar con los dedos de una mano, siento nostalgia.
En ocasiones, en días de viento, extraño romper botellas a pedradas, extraño corretear por las alturas temiendo el vaivén del viento.
A veces echo de menos el objetivo de la cámara, buscando mis movimientos, inmortalizando mis sonrisas. Inmortalizando retazos de felicidad.
Harapos de felicidad.
Durante breves segundos vuelvo a sentir el aire fresco, el asfalto a mis pies y el calor de tu mano agarrándome fuerte, estirando de mí. El olor a calle, a árboles deshojados, a metal, a luces moradas.
Vuelvo inconscientemente al principio, a los días de otoño, al principio del invierno. Me remonto al frío en las calles, a la dureza del suelo, a las mariposas grises nostálgicas que me revolotean en el alma cubriéndolo todo de cenizas. 
Quizá a alguna parte de mi ser todavía te quiere de alguna manera, aprecia lo que fuiste de alguna manera ilícita, ilógica y ajena a los dolores de parto previos al nacimiento del dolor verdadero, del más grande.
Una parte de mí que aún no concibe la brecha, el abismo que nació de la verdad, el espacio de eterna caída que separó esa parte de mí que creía en ti, que todavía tenía fe en tus palabras.
Pero esa brecha en mi vientre existe, como una herida que nunca sana del todo, y de pronto se abre, se rasga la fina cicatriz y supura las mariposas grises que se convierten, en contacto con el aire, en esos pétalos de rosa podridos, en ese dolor denso y burbujeante, en ese diciembre púrpura.

Púrpura como las luces de la plaza, púrpura como el rostro de un ahorcado, púrpura como una flor harta de veneno.

No extraño tus besos, tus palabras ni tu presencia.
No puedo extrañarte.
Conseguí dejar de amarte.

Pero en ocasiones recuerdo lo bonito.
Como un breve relato con una efímera historia hermosa y un final feo, que cada cierto tiempo me gusta releer, recordar y ser consciente de que ha formado parte de mi vida, de mi historia, de mis recuerdos.
Un relato que ha formado parte de mí,
que me ha provocado la risa y el llanto,
que me ha hecho crecer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario